Una Exploración de su Significado y Alcance
Introducción
Para construir una cultura de Shalom, primero debemos definir con precisión qué implica este concepto. Las siguientes páginas exploran este tema en profundidad. El teólogo del Antiguo Testamento Walter Brueggemann señala: “El sueño de Dios es un mundo en el que toda la creación vive de acuerdo con el camino del shalom”. Luego amplía esta idea: “Esa persistente visión de alegría, bienestar, armonía y prosperidad no se encuentra encapsulada en una sola palabra o idea en la Biblia; es necesario un conjunto de términos para expresar sus múltiples dimensiones y matices: amor, lealtad, verdad, gracia, salvación, justicia, bendiciones, rectitud… En discusiones recientes, el término que se ha utilizado para resumir esta visión integradora es shalom. Shalom es la esencia de la visión bíblica de una comunidad que abarca toda la creación.”1
Curiosamente, la palabra shalom impregna toda la narrativa bíblica, tejiéndose como un hilo conductor a lo largo de las Escrituras y conectando gran parte del mensaje bíblico. Se menciona más de 350 veces en el Antiguo Testamento y aparece exactamente 100 veces en el Nuevo Testamento con su equivalente griego, eirene. Además, actúa como un principio integrador clave dentro de la misión transformadora de Dios, desde Génesis hasta los profetas, pasando por la vida de Jesús, y culminando en el Retorno del Rey en Apocalipsis, donde la comunidad de Shalom es presentada como la Nueva Jerusalén. Por ello, shalom debe considerarse un elemento central en la interpretación bíblica, lo que hace crucial comprender su significado y la amplitud de sus connotaciones. Esto es especialmente importante porque shalom es un término amplio que no tiene una traducción exacta al español. A menudo traducimos shalom como “paz”, en el sentido de ausencia de conflicto, pero esta interpretación es limitada y no captura toda su riqueza. En realidad, shalomabarca conceptos como integridad, bienestar, justicia, armonía, prosperidad, tranquilidad y relaciones sanas con los demás. Para comprender mejor su significado, podemos desglosarlo en los siguientes temas fundamentales:2

El shalom se origina en Dios
La Biblia presenta muchos nombres de Dios: Yahvé, Elohim, El Shaddai, El Elyon, El Olam, El Roi, Adonai, Yahvé Jireh, Yahvé Nissi, Yahvé Raah, Yahvé Rapha, Yahvé Sabaoth, Yahvé Shammah, Yahvé Tsidkenu y Yahvé Shalom.
Dios es Shalom. Como Gedeón reconoce en Jueces 6:24, shalom no es solo un don que Dios otorga, sino que proviene de su misma naturaleza. No hay shalom fuera de Dios porque Él es su fuente y esencia.
Con esto en mente, las Escrituras revelan a Dios como un ser profundamente relacional, una comunión eterna que encarna el significado más pleno de shalom—lo que la Iglesia posteriormente describió como la Trinidad. Dios es uno en esencia, pero vive en comunidad, donde cada persona mantiene su identidad distintiva mientras comparte la vida con las otras dos. El amor que une a las tres “personas” de la Trinidad es tan infinito que son simultáneamente uno y tres. Esta comunidad trinitaria, nacida del amor, está marcada por el cuidado, la justicia, la pasión, la comprensión, el respeto, la bondad, la entrega y la búsqueda del bienestar del otro. Es una relación tan profunda y amplia que desafía toda descripción. ¡Esto es lo que significa que Yahvé es Shalom! Esta comprensión de Dios tiene profundas implicaciones para nuestra lectura de la historia bíblica. De hecho, la idea de shalom unifica las Escrituras y actúa como el principio integrador central de la misión transformadora de Dios: desde el Génesis, pasando por los profetas, hasta Jesús, y culminando en el retorno del Rey en Apocalipsis, donde la comunidad del shalom es presentada como la Nueva Jerusalén. En otras palabras, puesto que Dios es Shalom y hemos sido creados a su imagen, también hemos sido diseñados para recibir, reflejar y ofrecer a Dios el shalom eterno que Él mismo es. Nuestra vocación es manifestar su amor trinitario a través de nuestras relaciones con los demás y con la creación.3 El propósito final de la creación, entonces, es expresar y encarnar el shalom de Dios. Por eso, toda persona que ama y promueve shalomrefleja el carácter divino y puede ser reconocida como alguien semejante a Dios.
El shalom está estrechamente relacionado con la justicia
Cuando la justicia está presente en las relaciones y sistemas de una sociedad, reflejando la verdadera naturaleza de Dios, el resultado es el bienestar tanto personal como colectivo.4 La Biblia llama a este estado shalom. Así, shalom se manifiesta siempre que se brinda amparo a las víctimas de la injusticia—viudas, huérfanos, extranjeros y personas vulnerables o empobrecidas—y cuando se establecen estructuras que edifican y promueven la justicia. En contraste, el abuso de poder en beneficio propio, a costa de los más vulnerables, destruye el shalom, pues la opresión priva a los afectados de la integridad y el bienestar inherentes a este concepto.5
El teólogo público nativo americano Randy Woodley lo expresa así: “El shalom siempre se pone a prueba en los marginados de una sociedad y se hace evidente por la forma en que se trata a los pobres, oprimidos, explotados, desamparados y necesitados. Una enorme brecha entre los ricos y los pobres puede ser un claro indicador de la falta de shalom.” 6 En otras palabras, así como la guerra es un signo visible de la ausencia de shalom entre naciones, la injusticia es una señal de su ausencia dentro de una sociedad. Esta falta de shalom se traduce en confusión, ansiedad, desorden social, desigualdad económica, opresión política y corrupción judicial, dejando a la sociedad sin posibilidad de bienestar.7 Sin justicia, no puede haber shalom.8 Este solo florece cuando las estructuras y sistemas corruptos son reemplazados por otros nuevos que reflejan la visión de Dios para el mundo. Dado que el deseo de Dios es la bondad y la paz para su creación, podemos afirmar que cualquier deterioro o ausencia de shalom es una clara manifestación del pecado. De hecho, el pecado, en un sentido profundo, puede definirse como la ausencia de shalom.9 Por el contrario, shalom se establece donde hay integridad, donde se eliminan el engaño y la hipocresía, y donde reinan la honestidad, la rectitud y la transparencia. Por ello, vivir con justicia y rectitud es una condición indispensable para formar una comunidad shalom próspera. Desafortunadamente, “en la mayoría de las culturas, los oprimidos buscan superar su opresión insertándose en las mismas estructuras opresivas. Intentan liberarse de la opresión convirtiéndose en lo que antes detestaban.” La buena noticia es que “el poder de Cristo permite a las personas enfrentar a los poderes sin volverse como ellos, liberándolos de la tentación de integrarse en las mismas estructuras que los han oprimido.”10 Cuando la gente elige este camino, shalom echa raíces y comienza a transformar la sociedad.
El shalom se basa en la comunidad sin divisiones
Shalom no es simplemente la ausencia de hostilidad; es el gozo de vivir en relaciones sanas, justas, correctas y armoniosas. Abarca al individuo, a la comunidad y a la red de relaciones en la que cada persona está inmersa.11 Tim Keller describe shalom como “reconciliación completa, un estado de plenitud en todas las dimensiones—física, emocional, social y espiritual—porque todas las relaciones son buenas, perfectas y llenas de alegría”.12 Vivir en shalom significa experimentar el gozo de habitar junto a Dios, deleitándonos en su presencia y protección. Significa disfrutar de la vida con nosotros mismos, abrazando nuestra identidad y llamado divino. Es encontrar alegría en la convivencia con quienes nos rodean, tanto cercanos como desconocidos, celebrando la comunión humana. Es deleitarnos en nuestro entorno físico, apreciando su belleza. Y, finalmente, es vivir en un mundo donde las instituciones y sistemas humanos son justos, afirmando el orden deseado por Dios. En pocas palabras, shalom fomenta relaciones auténticas y restaura el sentido de comunidad.13
Sin embargo, shalom solo se manifiesta en una comunidad que lo abraza, una comunidad inclusiva donde nadie es excluido. Es un cuerpo íntegro en el que se han superado las divisiones comúnmente aceptadas—hombre-mujer, judío-griego, amo-esclavo, rico-pobre, negro-blanco—como declara Gálatas 3:28. Es una comunidad unida en la que todos han asumido su identidad en Cristo, quien es nuestro shalom (Efesios 2:14). Walter Brueggemann señala que en esta comunidad, “el shalom siempre funciona como un rechazo firme de los valores y estilos de vida que buscan la seguridad y el bienestar de manera manipuladora, a expensas de otra parte de la creación, de la comunidad o de un hermano o hermana”.14 Tales valores y actitudes no tienen cabida en la presencia del shalom.
El shalom se refiere al bienestar y la salud física
El shalom se manifiesta en la ausencia de amenazas físicas como la guerra, la enfermedad y el hambre, y se expresa en prosperidad, abundancia material y un sentido profundo de plenitud y bienestar. Implica estar sano y salvo en cuerpo, mente y condición, todo dentro del contexto de una relación de pacto con Dios. Por lo tanto, shalom abarca el bienestar material y físico. Permite que las personas se desarrollen y prosperen, que vivan en libertad, sin miedo ni obstáculos que les impidan convertirse en lo que Dios quiere que sean. Es estar a salvo de las fuerzas que nos empujan a la ansiedad y nos atrapan en una mentalidad de escasez y supervivencia, haciéndonos creer que siempre estamos a un paso de la destrucción. Cuando una persona o una nación experimenta shalom, no hay carencia en ningún aspecto, ya sea a nivel individual o colectivo. Este significado se refleja de manera poderosa en Jeremías 33:6-7, donde Dios promete la restauración de Judá e Israel: “Llegará el día en que sanaré las heridas de Jerusalén y le daré prosperidad y verdadera paz. Restableceré el bienestar de Judá e Israel y reconstruiré sus ciudades.”
El shalom se relaciona con la creación
Las buenas noticias no comienzan con el nacimiento de Jesús. Comienzan con la creación de un cielo y una tierra buenos, hechos por Dios en, a través de y para Jesús (Colosenses 1:16).15 En el sexto día, Dios miró toda su creación y declaró que era muy buena(Génesis 1:31). Su sueño era un mundo donde toda la creación viviera conforme al estándar del shalom, reflejando su esencia y portando su imagen de diversas maneras.16 Esto significa que la naturaleza misma está incluida en el shalom. Walter Brueggemann lo describe así: “La visión central de la historia del mundo en la Biblia es que toda la creación es una, cada criatura en comunidad con todas las demás, viviendo en armonía y seguridad hacia la alegría y el bienestar de todas las demás criaturas.”17
Sin embargo, gran parte de la humanidad moderna percibe la creación únicamente como un medio para un fin, un objeto que se puede explotar para beneficio propio, en lugar de verla como una manifestación de la grandeza de Dios. Pocos reconocen que Dios disfrutó su creación y la declaró buena antes de la llegada del ser humano. No la creó principalmente para satisfacer nuestras necesidades, sino para que proclamara su gloria.18 Restablecer el shalom en la tierra, como explica Brueggemann, implica reconocer que “el Creador nos está llamando a experimentar su amor y cuidado en el mundo creado que nos rodea”19 Significa unirse a la obra de Dios en el cuidado y la restauración de la creación. James Metzler enfatiza este punto al afirmar: “Desde la interrupción del shalom en el Jardín del Edén hasta su total renovación en la Nueva Jerusalén, el propósito de toda la obra de Dios es la restauración del shalom en su creación.”20
El shalom tiene un alcance cósmico – es El mundo como debería ser vs. El mundo como es
Para lograr un cambio sostenible y duradero en la sociedad, primero necesitamos una visión de lo que el mundo está destinado a ser. La visión bíblica describe un mundo de shalom: un lugar de descanso, profunda satisfacción espiritual, gran gozo y provisión abundante, donde se cumplen los anhelos más profundos de toda la creación. Es un estado de plenitud interior, armonía externa y conexión relacional con todo lo demás. Esta visión no se alinea con las concepciones dualistas con las que muchos hemos sido educados, que limitan el interés de Dios únicamente al alma o al espíritu humano. En cambio, la Biblia muestra que toda la creación posee una dimensión espiritual y anhela su redención (Romanos 8:19-24). La meta de la historia bíblica, entonces, es la reconciliación de todas las cosas, tanto en la tierra como en el cielo, con Cristo como cabeza (Colosenses 1:15-20). Todas las relaciones fracturadas por el pecado deben ser renovadas; todo lo que ha sido dañado debe ser restaurado; y la sanidad debe alcanzar todas las dimensiones de la existencia: espiritual, física, emocional, individual, social y política. Por esta razón, la salvación bíblica no se trata simplemente de llevar almas al cielo, sino de llevar a toda la creación—y a todo nuestro ser—al shalom que Dios diseñó desde el principio. En otras palabras, la salvación es la restauración de todas las cosas a su propósito original. “Está basada en el shalom, el estado de paz y plenitud que toda la creación de Dios debe experimentar.”21 Como Bryant Myers explica: “Las relaciones deben ser restauradas en todas las dimensiones distorsionadas por el pecado… En primer lugar, en una relación íntima y de servicio con Dios, a través de Jesucristo. En segundo lugar, en relaciones sanas, justas y equitativas con nosotros mismos y nuestras comunidades. En tercer lugar, en relaciones amorosas, respetuosas y ‘amistosas’ con todos los que son ‘diferentes’ a nosotros. En cuarto lugar, en una relación fructífera y responsable con la creación.” Y finalmente, en mantener una relación ética y satisfactoria con los sistemas que ordenan nuestra vida en sociedad.22 Así es el mundo como debería ser.
La Meta de Todo
Shalom es el propósito para el cual la humanidad fue creada. Es el modelo establecido en Génesis 1 y 2. Sin embargo, shalom rara vez es nuestra realidad, pues gran parte de la sociedad está marcada por depresión, polarización, división y desesperanza. “En vez de reconciliación, experimentamos separación. En vez de prosperar, experimentamos frustración. En vez de interconexión, experimentamos quebrantamiento. Sin embargo, la BUENA noticia es que Jesús vino a restaurar el shalom. Vino a establecer un nuevo reino, uno en el que el shalom es la nueva realidad. Y nos invita a unirnos a Él para hacer de esta realidad una experiencia tangible en la tierra, así como en el cielo.”23
Ahora más que nunca, debemos proclamar y demostrar la buena noticia del reino de Dios estableciendo shalom en nuestro mundo. Cuando las personas vean el poder de Dios transformando corazones, restaurando relaciones rotas, derribando divisiones, erradicando la opresión, trayendo justicia, sanando heridas emocionales y enfermedades físicas, comenzarán a reconocer y aceptar que Jesús, el Cristo del shalom, es la respuesta de Dios a un mundo roto y fragmentado.24 Sin embargo, si reducimos la fe cristiana a un simple conjunto de doctrinas correctas en lugar de un modo de vida; si limitamos la riqueza de la revelación bíblica a una lista de valores que solo define lo que rechazamos en vez de encarnar nuevas formas de ser; y si seguimos viendo la iglesia únicamente como una comunidad litúrgica y no como la ekklesia—la asamblea de los llamados a buscar el shalom de su ciudad—entonces nuestra fe no producirá ni reflejará shalom. La gente necesita ver el sueño de Dios encarnado, no solo en una comunidad de fe que canta y aplaude, sino en acciones concretas y formas tangibles que marcan una verdadera diferencia en la vida de las personas. “Mientras haya personas hambrientas en medio de comunidades bien alimentadas, no puede haber shalom. Mientras haya personas sin hogar y desempleadas entre quienes tienen empleo y riqueza, el shalom no puede existir. Shalom no es para la mayoría mientras unos pocos sufren, ni es para unos pocos mientras muchos padecen. Shalom es comunitario, holístico y tangible. No hay shalom privado o parcial. Toda la comunidad debe experimentar shalom o nadie lo tendrá.”25 Por lo tanto, la iglesia de Jesucristo debe ser una iglesia de shalom o no es iglesia en absoluto.26
La Misión de la Iglesia: Construir una Cultura de Shalom: Esto significa que la misión de la iglesia no es simplemente convertir personas, invitarlas a un culto dominical, enseñarles doctrina correcta o promover ciertos valores en la esfera pública. El corazón del llamado de la ekklesia es formar discípulos y equiparlos para construir una cultura de shalom, donde cada persona crece como amante, actor y hacedor de shalom en su familia, comunidad, ciudad y mundo. Su Gran Comisión trata sobre discipular naciones—no solo individuos—y transformar las estructuras que moldean la sociedad. Como lo expresa el teólogo ghanés Kwame Bediako: “La conversión de las naciones implica la transformación de los procesos compartidos de pensamiento, actitudes, visiones del mundo, perspectivas, lenguajes, y hábitos culturales, sociales y económicos que moldean la manera en que las sociedades piensan, actúan y practican la vida.”27 La Biblia no idealiza cómo se logrará esta visión. “Nunca asume que el shalom vendrá de forma natural o automática.”28 Más bien, deja claro que vivir en shalom requiere un cambio profundo en nuestras prioridades y preocupaciones. Para ello, necesitamos una comunidad de discipulado empoderada por el Espíritu de Dios, que nos equipe para encarnar esta visión. Vivir en shalom es, de hecho, “una protesta masiva contra los valores centrales con los que opera la mayoría del mundo.”29
Este estilo de vida requiere valentía, compromiso profundo, perseverancia y el apoyo de una comunidad que nos anime en el camino. Nos desafía a asumir la responsabilidad de nuestra vida personal, a madurar emocionalmente y a vivir con integridad, veracidad y bondad. También nos llama a involucrarnos activamente en la transformación de las estructuras que perpetúan la injusticia, a defender a los oprimidos y a desafiar a quienes buscan su propio bienestar a expensas de los débiles, los pobres, los marginados o las minorías.30 Finalmente, nos comisiona a reformar el mundo que conocemos y alinearlo con el mundo que Dios ha destinado. Este es el llamado de Dios. Este es el propósito de la iglesia.
Notas Finales
- Walter Brueggemann, Peace, 14 ↩︎
- Las siguientes definiciones provienen, en parte, de Perry B. Yoder, Shalom: The Bible’s Word of Salvation, Justice, and Peace. Institute of Mennonite Studies Series Number 7. Newton, KS: Faith and Life Press, 1987, p. 9.; Arthur F. Glasser, Announcing the Kingdom, 130; Bryant Myers, Walking with the Poor; Robert Linthicum, City of God City of Satan; Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision ↩︎
- Gregory A. Boyd, Is God to Blame, 37-38. ↩︎
- Coward & Smith Ed., Religion and Peacebuilding, 154 ↩︎
- Consultado en línea el 22 de Noviembre, 2020 en https://pacificador99.wordpress.com/2011/02/28/toward-a-definition-of-shalom/ ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 15 ↩︎
- Walter Brueggemann, Peace, 16-18 ↩︎
- Ken Wytsma, Pursuing Justice, 27 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 23 ↩︎
- Bruce Bradshaw, Change across Cultures: A Narrative Approach to Social Transformation ↩︎
- Coward & Smith Ed., Religion and Peacebuilding, 154 ↩︎
- Tim Keller, Generous Justice, 174 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 24 ↩︎
- Walter Brueggemann, Peace, 19 ↩︎
- Wright, Christopher J. H.. The Mission of God’s People (Biblical Theology for Life) (pp. 47-48). Zondervan Academic. Kindle Edition. ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 20 ↩︎
- Walter Brueggemann, Living Toward a Vision: Biblical Reflections on Shalom, 15-16 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 53 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, xix ↩︎
- Mission and the Peace Witness: The Gospel and Christian Discipleship, 44 ↩︎
- Ken Wytsma, Pursuing Justice, 24 ↩︎
- Bryant L. Myers, Walking with the Poor, 50 ↩︎
- Consultado en línea el 2 de Noviembre, 2020 en https://sosmemphis.org/blog/striving-for-shalom ↩︎
- David Watson, Contagious Disciple Making, 150 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 21 ↩︎
- Craig Nessan, Shalom Church, 9-10 ↩︎
- Kwame Bediako, ‘Theological Reflections’ in ‘Serving the Poor in Africa’, ed. Tetsuano Yamamori et al., 184 ↩︎
- Walter Brueggemann, Peace, 19 ↩︎
- Walter Brueggemann, Peace, 51 ↩︎
- Randy Woodley, Shalom and the Community of Creation: An Indigenous Vision, 22 ↩︎